lunes, 29 de junio de 2015

Lima, el primer ineludible contacto con Perú

Hace dos semanas fui a un encantador show de un cuentacuentos francés que hablaba un excelente español. Lo conocía, pues había enseñado francés en mi facultad de Lenguas Modernas de la universidad. Sus cuentos fueron una maravilla y tan encantada estuve que decidí buscar información sobre él. Encontré un video en Youtube donde dice que, para él, el Perú es como una señorita violada  que ha sido muy maltratada y cuando le dicen las cosas buenas que tiene, ella tiene miedo. En verdad, me sentí tan identificada que hasta pensé que por eso había decidido nacer en Perú. Yo creo firmemente en que uno elige dónde nacer y qué viene a aprender. Pero, ese es otro asunto.

Su afirmación confirma esa sensación que muchos de mis alumnos han sentido al vivir acá. La gente rinde culto a la apariencia porque sirve para negar algo que no quiere aceptar, ¿será acaso la gran desigualdad? ¿Por qué Lima es tan chocante para muchos? ¿Por qué es tan diferente? Enseñar español me ha permitido comprender más mi ciudad. A través de mis alumnos, mi ciudad se ve diferente. Es increíble como siempre se aprende algo nuevo sobre "algo" o "alguien" que supuestamente conoces bien. Esa experiencia es refrescante para mí. Confieso que antes criticaba mucho a Lima. Ahora, lo sigo haciendo, pero también valoro más las cosas positivas que surgen, por ejemplo: la moda de usar bicicleta y el mayor respeto a los animales. Ya que todo cambia en esta vida, Lima, una ciudad inmensa, jamás sería la excepción.

Creo que la tradición multicultural es el fundamento de esta compleja sociedad tan marcada por el maltrato, la exclusión, el sometimiento. En lo personal, pienso que estamos marcados por un complejo de inferioridad que no nos permite ver todo nuestro valor porque siempre pensamos que no es suficiente o nos criticamos por nuestras falencias. Tenemos vergüenza de muchas tradiciones y pensamos que si imitamos el estilo "occidental", es decir, lo americano o lo europeo, nos veremos mejor o nos irá mejor. Valoramos tan poco lo que nos viene de nuestros ancestros, que, incluso, he leído que muchas personas que hablan quechua no lo hacen por temor o vergüenza.

Cuando una ciudad aparantemente moderna, pero que a la vez oculta su vergüenza por falta de amor da la bienvenida a un foráneo con los pies más firmes en tierra, sucede algo: la apariencia es lo que más importa y "lo desigual" se desvanece ante el orgullo tonto de lo que tengo y no de lo que soy. El extranjero lo percibe y se adapta para sobrevivir. No obstante, también rescata lo bueno y lo valora. Al final, gracias a la vida, siempre hay algo apropiado y algo no tan apropiado.

Qué importante es para mí reconocer esto, porque con ojos más reales puedo tratar de componer ese sentimiento (claro que me he sentido inferior y he tenido mucho temor) y ver lo mejor a mi alrededor.
Lima, una ciudad serrana, colonial, criolla y tan única, siempre estará en mi corazón a donde vaya.
Nunca lo he dicho, pero me encanta como suena su nombre en mi mente.

¿Qué piensas de tu ciudad?

¡Hasta la próxima entrada!

Si quieres saber más sobre el cuentacuentos frances, François Vallaeys, te dejo aquí un link interesante: https://www.youtube.com/watch?v=OtTHt6F9fs8

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