miércoles, 1 de julio de 2015

Aprender un idoma

He aprendido a dar mi opinión con base en mi experiencia. Ya llevo muchos años aprendiendo y practicando con el inglés, pues soy traductora y trabajo como tal. Entonces, cuando se trata de enseñar y aprender otro idioma, pienso en mí.
Empecé a aprender inglés desde los 6 años; realmente no recuerdo nada sobre cómo lo aprendí, pero sí recuerdo mi primer diálogo en inglés:

A: Milk or coffe?
B: Milk, please.
A: Sugar?
B: No, thank you.
A: A sandwich?
B:Yes, please.

Se sabe que los niños aprenden por repeteción y por la facilidad innata que poseen, facilidad que se va perdiendo a medida que crecemos porque nos volvemos más analíticos. Sin embargo, siempre somos capaces de aprender. Para mí la clave son dos cosas: deseo sincero de aprender y que el idioma te guste.

Creo que un nativo que siempre acompañe a un extranjero se puede convertir en un excelente profesor de idiomas sin proponérselo. Este comentario lo escuché muchos años atrás de una profesora de español de la universidad. Tenía muchísima razón. Por naturaleza soy muy conversadora, entonces, he notado que las conversaciones sobre diversos temas, pero, especialmente aquellos que mis alumnos proponen, han sido muy útiles para mejorar el uso de expresiones en español. El proceso que identifico es el siguiente:
1. La persona identifica (pasivo)
2. La persona repite (activo)
3. La persona comprende el porqué (activo)

Honestamente, no soy amiga de clases con un programa hecho, siempre es bueno que el alumno dé el primer paso. Lógicamente, siempre hay que tener una idea previa y saber el interés de tu alumno. Las dudas y consultas siempre aparecerán. Ya que mis clases son personales, puedo conocer mejor a las personas y adaptarme a ellas. Esta adaptación puede demorar o no, eso depende de la personalidad del alumno.

La naturalidad es lo mejor en toda actividad. Hay muchos métodos y formas para enseñar, pero si transmitimos nuestro conocimiento con el corazón, estoy segura de que la persona lo aprenderá. Un tutor simplemente da las herramientas, el alumno las comprende y, luego, las usa.

¿Qué piensas tú?

¡Hasta la próxima!

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